Powered By Blogger

lunes

Romero


Propiedades
Son conocidos sus usos como tónico para sistema nervioso, reanimante para combatir los estados de decaimiento, cansancio cerebral, debilidad general y nerviosa. Tiene propiedades como, colerética y colagogo ( que favorece la expulsión de la bilis al aumentar las contracciones de la vesícula biliar. Esto propicia una mejor asimilación de los alimentos porque favorece la digestión ) antiinflamatorio, antioxidante, antiespasmódico, carminativo, estimulante circulatorio, depurativo, antiséptico de uso externo, astringente, diurético, antiespasmódica y anticonvulsiva, antibacteriana y antifúngica, antidepresivo y relajante de la musculatura lisa de los bronquios. Se utiliza contra la flatulencia, halitosis, clorosis, vértigos, apoplejías, catarro crónico, asma, ictericia, escrófulas. Cuando se aplica tópicamente sobre la piel (linimentos, pomadas o lociones, etc), es cicatrizante, analgésico y para las afecciones del cuero cabelludo. Es estimulante, tanto del estómago como del hígado y de los nervios. Por vía interna, es útil en algunos problemas hepáticos y biliares, como disquinesias y dispepsias biliares, y en combinación con otras plantas, se emplea en el tratamiento de la hepatitis. Además, gracias a sus propiedades carminativas, resulta particularmente eficaz en caso de meteorismo, flatulencia, espasmos gastrointestinales e inapetencia, además contribuye a una buena digestión. Tiene propiedades de emenagogo, promueve el flujo menstrual en caso de amenorrea y dismenorrea (favorece la menstruación, y actúa sobre retrasos menstruales, y menstruaciones escasas y dolorosas). A nivel cardiovascular, mejora la circulación sanguínea y ayuda a disminuir la tensión arterial, por lo que se utiliza en casos de hipotensión.

No hay comentarios:



El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
Amén

Oración al Corazón Divino de Jesús por un enfermo





Dulcísimo Jesús, que dijisteis:
"Yo soy la Resurrección y la Vida", que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades, curabas las dolencias de cuantos se te acercaban;
a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón a favor de los enfermos, suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre, la bienaventurada siempre Virgen María, salud de los enfermos, quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad a tu siervo....., si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.
Señor Jesús, que al funcionario real que te decía: "Venid, Señor, antes que mi hijo muera", le respondisteis: "Vete, tu hijo vive".
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que al ciego de Jericó, que sentado junto al camino te decía en alta voz: "Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí", le respondiste: "Recupera tu vista, tu fe te ha salvado", y al momento vio.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que diciendo: "Quiero, sé limpio", limpiaste al leproso, que te decía suplicante: "Señor, si quieres puedes limpiarme".
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio, hablando luego con admiración a las turbas el que antes era mudo.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que sanaste al enfermo que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad, junto a la piscina de las ovejas, diciéndole: "Levántate, toma tu camilla y anda" y anduvo. Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím, enternecido, dijiste a la madre: "No llores"; y tocando el féretro, añadiste: "Joven, a ti te digo, levántate"; entregándolo luego vivo a su madre.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados". Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "En verdad, en verdad te digo, que todo cuanto pidieras al Padre, en mi Nombre, os lo dará".
Sánalo, Señor.
Omnipotente y sempiterno Dios, eterna salud de los que creen, escúchanos en bien de tus siervos enfermos, por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia; a fin de que recobrada la salud, te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.