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lunes

Kiwi y sus propiedades



















Vitaminas y minerales del kiwi:


Vitaminas del kiwi:
• C , E, B3, B6, B2, B1 y K.

Minerales del kiwi:
• Fósforo, magnesio, calcio, potasio, hierro, yodo y sodio.

Otras propiedades del kiwi:
• Folatos.
• Fibra.
• Niacina.
• Un mínimo de calorías.
• Riboflavina.
• Hidratos de carbono.
• Antioxidantes.
• Tianina.


Cuales son las propiedades del kiwi:

• Es muy bueno contra el estrés.

• Ayuda a prevenir los casos de cáncer de esófago. Un estudio ha demostrado que este cáncer estaba asociado con un nivel alto de nitritos, relacionado a su vez con un nivel bajo de vitamina C.

• El kiwi ayuda a bajar de peso.

• El kiwi es un antiinflamatorio natural.

• Muy recomendable en casos de problemas de retención de líquidos (es diurético).

• Mejora la vista.

• Ayuda a rejuvenecer la piel, pues combate el desgaste celular, por eso es recomendado tomarlo diario.

• El kiwi regula la presión alta o hipertensión (es muy rico en potasio).

• Por su gran poder laxante es perfecto para los problemas de transito intestinal o de estreñimiento.

• Alimento ideal para la menopausia y el embarazo.

• Casi no contiene sodio ni grasas.

• Asimismo ayuda en casos de insuficiencia renal.

• Por su vitamina C es ideal en casos de resfriados.

• El kiwi gracias a su alto contenido en vitamina C y oligoelementos, estimula las defensas del organismo.

• Refuerza el sistema inmunológico, pues favorece la formación de glóbulos rojos y blancos.

• Ayuda en casos de enfermedades cardiovasculares.

• Previene la gripe.

1 comentario:

Nunilo dijo...

Muchas gracias por estos consejos, la verdad es que hay algunos que me vienen muy bien, aunque admito que hace poco vi en una página una serie de ideas muy buenas para antioxidadntes, y en especial esta que hablaba sobre las propiedades del kiwi que me gustaron mucho, aunque admito que en tu blog también lo explicas muy bien. ¡Gracias!



El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
Amén

Oración al Corazón Divino de Jesús por un enfermo





Dulcísimo Jesús, que dijisteis:
"Yo soy la Resurrección y la Vida", que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades, curabas las dolencias de cuantos se te acercaban;
a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón a favor de los enfermos, suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre, la bienaventurada siempre Virgen María, salud de los enfermos, quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad a tu siervo....., si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.
Señor Jesús, que al funcionario real que te decía: "Venid, Señor, antes que mi hijo muera", le respondisteis: "Vete, tu hijo vive".
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que al ciego de Jericó, que sentado junto al camino te decía en alta voz: "Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí", le respondiste: "Recupera tu vista, tu fe te ha salvado", y al momento vio.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que diciendo: "Quiero, sé limpio", limpiaste al leproso, que te decía suplicante: "Señor, si quieres puedes limpiarme".
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio, hablando luego con admiración a las turbas el que antes era mudo.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que sanaste al enfermo que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad, junto a la piscina de las ovejas, diciéndole: "Levántate, toma tu camilla y anda" y anduvo. Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím, enternecido, dijiste a la madre: "No llores"; y tocando el féretro, añadiste: "Joven, a ti te digo, levántate"; entregándolo luego vivo a su madre.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados". Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "En verdad, en verdad te digo, que todo cuanto pidieras al Padre, en mi Nombre, os lo dará".
Sánalo, Señor.
Omnipotente y sempiterno Dios, eterna salud de los que creen, escúchanos en bien de tus siervos enfermos, por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia; a fin de que recobrada la salud, te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.