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lunes

Introducción a la Homeopatía

Ha pasado mas de un siglo desde que Hahnemann dio a la publicidad su ciencia de curar; la homeopatía. A pesar de todos los obstáculos que le fueron puestos por el mundo medico, a pesar de los numerosos ataques verbales y escritos, ha ido encontrando mas y mas aceptación en los amplios círculos del pueblo y en todos los paises. Juntos a millones proselitos entusiastas y de gente agradecida y junto a millares de médicos homeópatas , existen actualmente numerosos centros de enseñanza y de curación, que testimonian de la manera mas elocuente las ventajas de los procedimientos de Hahnemann.

Samuel Hahnemann

El doctor Christian Friedrich Samuel Hahnemann nacio en Meissen,Sajonia, el 10 de abril de 1755, hijo del modesto pintor de porcelana Christian Godofredo Hahnemann y de Johanna Spiess..
Ya como alumno demostró tanta aplicación y aficción por el estudio , que pronto llego a ser el discipulo preferido de sus profesores. A los 15 años estudio comercio, siguiendo los deseos de su padre. Pero las ansias de ampliar sus conocimientos eran tan grandes que, libre ya de los deberes escolares, le pidió autorización para continuar frecuentando la escuela. Mediante benevolencia especiales y la cordial recomendacion del profesorado, le fue posible ser admitido en la famosa escuela los príncipes , de Meissen. Alli adquirio las bases de aquella cultura clásica que mas tarde había de serle de tanta utilidad en su múltiple actividad literaria.
Después de haber dado los examenes correspondiente, con distincion maxima en todas las asignaturas , el joven Hahnemann,que a la sazon contaba veinte años de edad, ingreso a la Universidad de Leipzig, en la primavera de 1775, para dedicarse al estudio de la medicina, por la que sentía atracción irresistible.
Sus años de estudios fueron economicamente muy dificiles, ya que como única ayuda de sus padres recibio, por una sola vez, veinte taleros para gastos de viaje. En consecuencia, para ganarse la vida debió restar tiempo a sus estudios y traducir obras científicas y dar lecciones de idioma.

Los fundamentos principales de la homeopatía :

La palabra "homeopatía", que Hahnemann creo para designar su nuevo tratamiento, se deriva del griego y significa "padecimiento semejante". El descubridor quiso expresar con ello que la particularidad de su doctrina consistía en tratar las enfermedades con substancias medicamentosas que el cuerpo sano produce efectos semejantes al cuadro patológico que se desea curar. Hoy las palabras "homeopatía" y "homeopático" se han difundido de tal modo que han perdido su sabor extraño, aun cuando su empleo en la conversaciones diaria sigue bastantes parcial. Solo se le aplica cuando quiere ponerse a alguna cosa el sello de pequeñez inapreciable .
Que la homeopatía no es otra cosa que un procedimiento curativo mediante cantidades muy pequeñas de medicamentos es aun hoy en día un error muy extendido entre la mayoría de la gente. No deja de ser un hecho bastante lamentable el que aun entre los partidarios de la homeopatía este tan poco extendido el conocimiento preciso de la verdadera naturaleza de la doctrina de Hahnemann. Muchos se han hecho partidarios de ella simplemente por haber experimentado sus beneficios en si mismos o en sus allegados.
La homeopatía se apoya en tres pilares inconmovibles, que son .
1.--La ley de los semejantes
2.--La experimentación pura
3.-Las dosis infinitesimales.

Como regla general, téngase en cuenta lo siguiente en el empleo de los medicamentos homeopatícos:
"Cuando mas violenta y peligrosa sea una enfermedad, con tanta mas frecuencia deberá tomarse la medicina; en cambio, cuanto mas lento y largo sea un padecimiento, tanto mas retardado serán las tomas"

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El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
Amén

Oración al Corazón Divino de Jesús por un enfermo





Dulcísimo Jesús, que dijisteis:
"Yo soy la Resurrección y la Vida", que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades, curabas las dolencias de cuantos se te acercaban;
a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón a favor de los enfermos, suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre, la bienaventurada siempre Virgen María, salud de los enfermos, quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad a tu siervo....., si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.
Señor Jesús, que al funcionario real que te decía: "Venid, Señor, antes que mi hijo muera", le respondisteis: "Vete, tu hijo vive".
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que al ciego de Jericó, que sentado junto al camino te decía en alta voz: "Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí", le respondiste: "Recupera tu vista, tu fe te ha salvado", y al momento vio.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que diciendo: "Quiero, sé limpio", limpiaste al leproso, que te decía suplicante: "Señor, si quieres puedes limpiarme".
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio, hablando luego con admiración a las turbas el que antes era mudo.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que sanaste al enfermo que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad, junto a la piscina de las ovejas, diciéndole: "Levántate, toma tu camilla y anda" y anduvo. Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím, enternecido, dijiste a la madre: "No llores"; y tocando el féretro, añadiste: "Joven, a ti te digo, levántate"; entregándolo luego vivo a su madre.
Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados". Sánalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "En verdad, en verdad te digo, que todo cuanto pidieras al Padre, en mi Nombre, os lo dará".
Sánalo, Señor.
Omnipotente y sempiterno Dios, eterna salud de los que creen, escúchanos en bien de tus siervos enfermos, por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia; a fin de que recobrada la salud, te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.